De regreso al Metropolitan Museum, Ellen Cross descubre por fin el rostro de Drácula en el retrato que había traído de Estambul. Por desgracia, esta obra tan codiciada es robada esa misma noche. Mientras sigue la pista al ladrón, Ellen descubre más cosas acerca de la Sombra del Dragón, una misteriosa hermandad que podría guardar relación con el famoso Vlad Tepes.