Operando de forma clandestina y global, la Fundación actúa más allá de toda jurisdicción, reforzada por los grandes gobiernos nacionales que le han encomendado la tarea de contener objetos, entes y fenómenos anómalos. Estas anomalías suponen una amenaza significativa para la seguridad global, al ser capaces de causar daño físico o psicológico.
La Fundación actúa para mantener la normalidad, de tal manera que la población civil de todo el mundo pueda vivir y ocuparse de sus vidas cotidianas sin miedo, desconfianza o dudas sobre sus creencias personales, y para mantener la independencia humana de influencias extraterrestres, extradimensionales y extranormales en general.